El esqueleto tenía una estaca atravesada por su pierna y una pequeña piedra en su boca, ambas características comunes de los antiguos entierros de vampiros.
Los EXPERTOS afirman que este esqueleto es una prueba de que los vampiros caminaban entre nosotros, años después de que desenterraran una colección de huesos que tenían todas las características de un entierro de chupasangres.
El esqueleto, descubierto en una tumba cerca de una iglesia, fue descubierto hace dos años y ahora se exhibirá como parte de una exposición de vampiros.
El esqueleto fue descubierto en un cementerio de una ciudad del norte de Polonia, donde será expuesto en un museo local.
El descubrimiento se realizó hace dos años, pero ahora los huesos se exhibirán por primera vez.
El líder de la excavación, Slawomir Gorka, dijo que el hombre, que fue encontrado enterrado en un antiguo cementerio polaco, probablemente había sido enterrado en el siglo XVI.
Enterrado en la ciudad de Kamien Pomorski, todo en el esqueleto apunta a un entierro de vampiros, hasta en los macabros detalles.
Los restos esqueléticos presentaban huesos con agujeros, donde se habían clavado estacas a través de las extremidades del cadáver.
El esqueleto tiene todas las características de un entierro histórico de vampiros, desde la mandíbula hasta las extremidades.
El esqueleto tenía una estaca atravesada por su pierna y una pequeña piedra en su boca, ambas características comunes de los antiguos entierros de vampiros.
Las personas acusadas de ser vampiros eran enterradas con estacas de hierro que fijaban sus extremidades a la tierra para que no pudieran salir de sus tumbas.
Y la piedra en la boca del vampiro habría sido colocada allí para evitar que la criatura muerda o succione sangre de sus desafortunadas víctimas.
Los huesos ahora se exhiben en el Museo Kamien de Historia de la Tierra, en el norte de Polonia, donde los organizadores quieren montar una exhibición exclusiva solo para el vampiro.
El vampiro acusado fue enterrado con una piedra en la boca, probablemente para evitar que mordiera a alguien antes de morir.
El cráneo es un recordatorio escalofriante del pánico histórico muy real que alguna vez tuvo la gente sobre estos monstruos míticos.
Muchas civilizaciones antiguas vivían con miedo a los vampiros y creían que las criaturas eran reales.
Los entierros de vampiros como este eran relativamente comunes en la Europa medieval, donde cualquier acusado de vampirismo se enfrentaba a la perspectiva de una muerte espantosa a manos de aldeanos que empuñaban estacas.
Un equipo de investigadores polacos descubrió los restos, que se exhibirán como parte de una exposición exclusiva.
Los huesos tenían agujeros claros donde se habían clavado estacas de hierro en el cadáver para inmovilizarlo.
Los historiadores creen que esta histeria podría haber sido provocada por brotes de enfermedades mortales como la tuberculosis.
El contagio se extendería por pueblos enteros, matando a las personas mientras dormían, mientras que los supervivientes quedarían con la boca sangrando como síntoma de la enfermedad.
Esto vio a algunos supervivientes acusados de causar las muertes, y sus bocas ensangrentadas significaban que se les echaba la culpa.