Hoy es mi cumpleaños, pero nadie ve mis videos. Nadie me envió deseos de feliz cumpleaños.
¿Será porque ya no tengo piernas? Los sacrifiqué en la guerra, por mis camaradas. Las minas terrestres me quitaron las piernas mientras corría hacia el peligro para salvar a mis camaradas.
Ahora vivo mis días de discapacidad en una silla de ruedas. Mis manos temblaban mientras sostenía la cámara, esperando que alguien viera mi video, me enviara aliento y me deseara un feliz cumpleaños. Pero entonces los vídeos eran sólo ceros y el buzón estaba vacío.
Quizás porque mi imagen es demasiado triste, demasiado lamentable. Nadie quiere ver el rostro discapacitado del viejo soldado.
Pero pase lo que pase, hoy sigue siendo mi cumpleaños. Todavía mantengo la esperanza, esperando un deseo, un cálido apretón de manos o simplemente una mirada comprensiva. Saber que no me han olvidado, que la vida todavía tiene sentido.