Norwich, Inglaterra – En los tranquilos momentos que siguieron al nacimiento de Theo Babbage, sus padres, Rachel Cherry (30) y Adam (29), contuvieron la respiración, esperando ansiosamente el sonido que todo padre anhela escuchar: el llanto de su bebé. Pero cuando los segundos se convirtieron en minutos, esos gritos nunca llegaron. En cambio, lo que se desarrolló fue una desgarradora batalla de ocho minutos por la vida de Theo, una batalla que pondría a prueba los límites de la experiencia médica y la fuerza de los padres.
El motivo del silencio de Theo era aterrador. Había experimentado un paro cardíaco durante ocho minutos poco después de nacer, lo que provocó que su pequeño cuerpo adquiriera un tono púrpura que ningún padre debería presenciar.
En ese momento crítico, el equipo médico entró en acción al darse cuenta de que la supervivencia de Theo estaba en juego. Con notable dedicación y experiencia, iniciaron procedimientos de reanimación, tratando desesperadamente de revivir su pequeño corazón y minimizar el riesgo de daño cerebral potencial.
Rachel Cherry, la madre de Theo, recordó: “Al nacer, lo único que querías escuchar era el llanto de tu bebé por primera vez, pero esta vez no fue así. Seguí esperando. Me sentí incómodo durante ese tiempo”.
Contra todo pronóstico, el corazón de Theo empezó a latir una vez más. Fue una señal alentadora de esperanza en medio del caos. Theo fue trasladado rápidamente a la unidad de cuidados intensivos, donde continuaría su viaje hacia la recuperación.
La condición de Theo seguía siendo un misterio médico y los médicos estaban perplejos por la causa de su debilidad. Incluso después de ser dado de alta del hospital, su estado frágil persistió, marcado por un inquietante ataque en su primera noche en casa. Los tubos y el equipo médico se convirtieron en parte de su vida diaria, un crudo recordatorio de su vulnerabilidad.
Hoy, Theo es un próspero bebé de cinco meses, un testimonio de la atención inquebrantable que recibió del dedicado equipo médico del Hospital Universitario de Norfolk y Norwich (NNUH). Su crecimiento y desarrollo han desafiado las probabilidades, brindando una inmensa alegría a sus padres, Rachel y Adam.
Con una esperanza renovada en sus corazones, la pareja ahora tiene la misión de retribuir. Su objetivo es recaudar fondos para comprar una incubadora similar a la que jugó un papel fundamental en la recuperación de Theo. Esta incubadora proporciona un ambiente cálido y estable que es crucial para el desarrollo saludable de bebés prematuros o frágiles, ayudando a su sistema respiratorio y a su bienestar general.