En el municipio colombiano de La Calera, un hombre vive el peor momento de su vida. Camilo Jaramillo Montenegro, dueño de Kiara, una perra de montaña de Berna de ocho años, lleva casi seis meses sumida en la tristeza y la desesperación cuando su querida mascota se perdió en el bosque mientras paseaba con sus cuidadoras del Jardín Infantil Mashi.
La historia de Kiara es una de esas historias que toca el corazón de todos. Un perro adorado por su dueño, amado por sus amigos caninos y conocido por toda la comunidad. Kiara era parte de la familia de Camilo y su pérdida ha sido devastadora para él.
La mañana del día en que Kiara desapareció, dos cuidadores de la guardería Mashi llevaron a diez perros, incluida Kiara, a pasear por el bosque cerca de La Calera.
Pero luego, regresaron a la guardería sin Kiara y le explicaron que estaba perdida. A partir de ese momento Camilo inició una búsqueda incansable para encontrar a su amado perro. Bomberos, rescatistas, vecinos y activistas se unieron para encontrar a Kiara, recorrieron muchas regiones aledañas a La Calera, pero ella nunca apareció.
Camilo inició campañas de todo tipo para encontrar a su amada perrita, ofreciendo una gran recompensa a quien la encontrara. Pero lamentablemente todos los esfuerzos fueron insuficientes. En los últimos meses, Camilo ha vivido la angustia y la incertidumbre de no saber qué pasó con su perro, y los dueños de la guardería nunca se responsabilizaron de su error.
Camilo es un hombre que ha sufrido mucho durante este tiempo, pero no se ha quedado de brazos cruzados. Ha decidido hacer algo para que nadie más tenga que pasar por lo que él está viviendo. Por ello, ha recogido más de 25.000 firmas para aprobar una ley que obliga a las guarderías de animales a cumplir unos requisitos mínimos. Camilo no quiere demandar a nadie ni buscar una compensación económica. Lo único que quiere es recuperar a su perro.
Desde el momento en que Kiara desapareció, Camilo no ha dejado de buscarla. Ha utilizado todas las herramientas a su disposición, desde las redes sociales hasta folletos y carteles. También ha hablado con vecinos y amigos e incluso ha contratado personas para que le ayuden a buscarla. Pero a pesar de todos sus esfuerzos, no ha podido encontrar a su amado perro.
Durante todos estos meses de búsqueda, Camilo ha recibido muchas donaciones que fueron enviadas a albergues, así como jornadas de esterilización en honor a Kiara. Pero Camilo quiere volver a ver a su mascota, quiere volver a abrazarla y sentir su amor.
La historia de Kiara es un llamado de atención para todas las personas que tienen mascotas y quienes ofrecen servicios de cuidado animal. Es importante recordar que los animales son seres vivos y merecen ser tratados con respeto y cuidado. Las guarderías para animales tienen una gran responsabilidad, no sólo con los dueños de las mascotas, sino también con los propios animales.
Las guarderías para perros son lugares diseñados para brindar cuidado y atención a estos animales mientras sus dueños están fuera o ocupados con el trabajo. Su función principal es proporcionar un entorno seguro, cómodo y estimulante para los perros, que puede incluir actividades como juegos, paseos y socialización con otros perros.
Los responsables de las guarderías caninas deben trabajar con gran responsabilidad, garantizando que los perros estén supervisados en todo momento y tengan acceso a agua limpia y comida nutritiva. También deben vigilar el estado de salud y el comportamiento de cada perro para evitar cualquier problema de salud o conflicto entre los perros.
Cuando los dueños llevan a sus perros a una perrera que no cumple con los estándares, pueden poner a sus mascotas en riesgo innecesario. Si los perros no están debidamente supervisados, pueden lastimarse, enfermarse o incluso huir.