Lo que encontré esta noche fue un cachorro indefenso tirado en la calle, apenas vivo. Su estado era crítico y temí que no sobreviviera esa noche. Pero esperaba y rezaba para que sobreviviera hasta la mañana y pudiéramos llevarlo al veterinario.
Afortunadamente, Fighter, como lo llamamos, logró sobrevivir esa noche. Lo llevamos de urgencia a la clínica veterinaria y recibió tratamiento de inmediato. Comenzó a comer y beber, pero los resultados de sus análisis de sangre fueron malos. El olor a pus indicaba una infección grave que había afectado su salud.
El luchador recibió un baño médico y continuamos monitoreando su progreso. Comió, bebió, hizo caca y orinó, pero su estado seguía siendo crítico. Sin embargo, luchó con todas sus fuerzas y demostró ser un verdadero luchador. Luchó contra la fuerte infección y luchó por mejorar cada día.
Celebramos cada día que Fighter sobrevivió y continuó luchando. Después de 4 días de su vida, lo llamamos Fighter y estuvo a la altura de su nombre. El quinto día, recibimos resultados negativos para Erlihija, Lishmania y Heartworm Anaplasm. Lo vimos después de seis días y tenía los ojos limpios, no había olor ni pus. Había mejorado, pero sabíamos que aún era pronto.
El médico confirmó un problema con Demodex, pero nos alivió que fuera el problema más pequeño. El luchador siguió luchando y celebramos su séptimo día de vida. Nos emocionó ver que su anemia estaba mejorando y sus plaquetas estaban aumentando. Estaba mejorando día a día y no podríamos estar más orgullosos de él.
El día 15, Fighter dejó la clínica y empezó a hacer amigos. Fue reconfortante verlo relajarse y disfrutar de su nueva felicidad. Seguimos apoyándolo y poco a poco empezó a ganar peso, volviéndose más saludable y feliz.
Seis meses después, Fighter fue adoptado en el Reino Unido y no podríamos estar más felices por él. Se transformó en un chico guapo y resultó ser una inspiración para todos nosotros. Su resiliencia y espíritu de lucha nos enseñaron a nunca rendirnos y a seguir luchando pase lo que pase.
Fighter siempre será un recordatorio del poder del amor, la esperanza y la determinación. Estamos orgullosos de ti, pequeño, y agradecidos de haber sido parte de tu viaje. ¡Gracias por inspirarnos a continuar y nunca rendirnos!
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