Un descubrimiento científico reciente ha dejado al mundo asombrado: el desenterrado de un antiguo ciprés patagónico en Chile, conocido cariñosamente como el “bisabuelo”. Se cree que este magnífico árbol, con un tronco que se extiende por cuatro metros de ancho, es el árbol vivo más antiguo de la Tierra, rompiendo el récord existente por la asombrosa cifra de 600 años. Embárcate en un viaje para descubrir los secretos de esta leyenda viviente.
El ciprés patagónico, conocido científicamente como Fitzroya cupressoides, es un árbol nativo que se encuentra en los paisajes vírgenes de Chile y Argentina. Comparte un linaje familiar con las colosales secuoyas gigantes. En 2020, Baričević intentó extraer una muestra del núcleo del bisabuelo, pero se vio frustrado por el núcleo impenetrable del árbol. En cambio, se emplearon modelos informáticos para deducir su edad, teniendo en cuenta variables ambientales y fluctuaciones aleatorias.
Debido a la inaccesibilidad del núcleo del bisabuelo, ha resultado difícil realizar un recuento exacto de sus anillos para determinar su edad. Aunque esto dificulta el reconocimiento formal del árbol, Baričević está decidido a solucionarlo en los próximos meses. Si se valida, este antiguo ciprés patagónico reclamaría el título de árbol más antiguo del mundo, eclipsando a Matusalén, el renombrado pino erizo de la Gran Cuenca que reside en California, por nada menos que 600 años.
Conoce a Matusalén, el actual campeón de la edad en el mundo de los árboles. Matusalén, un venerable pino erizo de la Gran Cuenca, cuenta con una edad impresionante de 4.853 años. Ubicado en lo alto de las Montañas Blancas del condado de Inyo en California, ha resistido innumerables estaciones. A pesar de la protección que brinda el ambiente fresco y húmedo del antiguo bosque de pinos Bristlecone, Matusalén enfrenta amenazas potenciales de visitantes bien intencionados que circunnavegan su tronco y las sequías provocadas por el calentamiento global.
La grandeza del Alerce Mileenario es un testimonio de su fuerza y belleza, pero también es un conmovedor recordatorio de la urgente necesidad de conservar los bosques. Aunque casi el 93% de los paisajes de Chile están cubiertos por plantaciones de eucaliptos y pinos no autóctonos que dependen del agua, el país ha sido testigo de la pérdida de más de 780.000 hectáreas de bosques nativos entre 1973 y 2011. Esto subraya vívidamente la urgencia de proteger el Gran -El abuelo y sus compañeros del desierto ante el impacto de la actividad humana.
En el corazón de la Patagonia, un antiguo gigante, el Bisabuelo, perdura en silenciosa majestad. Es un testimonio de la resiliencia de la naturaleza y la profunda belleza del ser vivo más antiguo del mundo. Mientras celebramos el impresionante descubrimiento de este venerable árbol, reflexionemos también sobre la importancia vital de preservar el rico patrimonio natural de nuestro planeta para las generaciones venideras. El bisabuelo es una leyenda viviente y un guardián del tiempo, que nos recuerda las antiguas historias grabadas en su imponente corteza.
Aunque casi el 93% del área está cubierta por plantaciones de eucaliptos y pinos no nativos, sedientos de agua, ha habido una pérdida de más de 780.000 hectáreas de bosque nativo en Chile entre 1973 y 2011. Es nuestra sincera esperanza que el bisabuelo y otras contrapartes silvestres sobrevivirán a la actividad humana.