Un enorme canino de granja y un pequeño cerdito se acurrucan estrechamente como si fueran parientes, luego del rechazo del cerdo bebé por parte de su madre biológica.
Katjinga, una Rhodesian Ridgeback de ocho años, se ha convertido en madre sustituta de un cerdito barrigón llamado Paulinchen. Los dos animales viven juntos en una granja de 20 acres en Hoerstel, Alemania, donde los dueños de Katjinga siguen criando cerdos vietnamitas. Paulinchen fue descubierta momentos antes de morir y puesta al cuidado de Katjinga, quien aceptó al cerdito como propio y le salvó la vida. La improbable relación entre los dos animales es conmovedora, con Paulinchen incluso intentando amamantar a su nueva madre gigante.
El nuevo hogar de un cerdito: Momento conmovedor cuando el cerdito se acurruca con su madre adoptiva
Roland, un promotor inmobiliario, se topó con un cerdito indefenso y angustiado una noche después de que su familia la abandonara después del nacimiento. La joven cerdita llamada Paulinchen fue encontrada sola y temblando, lo que llevó a Roland a tomarla bajo su protección. La tierra circundante es el hogar de una manada de cerdos no regulados, y la madre biológica de Paulinchen había dado a luz a una camada de cinco en el bosque cercano. Conmovido por su vulnerabilidad, Roland recogió a la cerdita y la llevó a casa, donde encontró calidez y consuelo en su nueva madre adoptiva.
Durante la hora de comer, la madre adoptiva del cerdito, una canina llamada Katjinga, no tiene problemas para dar leche a su nueva descendencia. El lechón fue llevado a la casa por temor a que los zorros cercanos pudieran haberlo lastimado. Dado que Katjinga había cuidado recientemente a una camada propia que ahora tenía diez meses, era posible que aceptara la responsabilidad de cuidar al lechón.
Katjinga es una figura materna increíble a la que le ha gustado un cerdo. Ha demostrado su amor limpiando al cerdo y tratándolo como a uno de sus propios cachorros. Sus instintos de crianza incluso la han llevado a comenzar a producir leche nuevamente y a mantener al cerdo como si fuera su propia descendencia. Está claro que Katjinga ahora ve al cerdo como su propio bebé.