Después de una tragedia, los padres lo dieron todo para viajar con sus hijos por el mundo
Cuando Amelie Bacuyiani nació a las 23 semanas y 600 gramos, su familia sabía que su lucha por sobrevivir sería extraordinariamente desafiante. Después de que le diagnosticaron sus ut, sus padres vendieron todo y se mudaron muy cerca de una clínica que trata este tipo de sss.
Lamentablemente, después de 10 meses y numerosas victorias, la de Amelie es la más grande que queda. La neonata murió sin haber visitado nunca la casa de su madre ni pasado tiempo con sus tres hermanos.
Angela Bacuyiani recuerda, “Mientras superaba mi miedo de ponerla en peligro, nuestro bebé falleció. Fue tan devastador que no pude moverme durante varios días.
Eventualmente, sin embargo, esta calamidad inimaginable ayudó a los Bacuyanis a obtener una nueva perspectiva de la vida y concentrarse en lo que era más importante. La corta vida de Amelie les enseñó que el tiempo que se pasa con los hijos es inmensamente valioso y no se debe desperdiciar.
“Queríamos hacer el duelo por nuestro hijo como familia”, explica la madre. “Perdimos a una hija, y ellos perdieron a un hermano”. Lo último que deseábamos era perdernos el uno al otro.
No fue difícil para la familia tomar la decisión más importante de sus vidas: viajar por el mundo en conmemoración de su hija y hermana, Amelie.
Ahora llevan sus cenizas y una fotografía de ella a donde quiera que vayan, creando la ilusión de que viaja con ellos.
Angela explica: “Hablamos abiertamente de Amelie y de nuestro dolor por su pérdida”. “Es un dolor que no se desvanece simplemente, pero al discutirlo, puedes exorcizarlo. Solo lloras cuando ves a una joven en la playa, la recuerdas después de unos años y la recuerdas”.