“Descubrimiento notable en Egipto: desenterrar pozos de 3600 años de antigüedad rebosantes de manos gigantes”
Las cuatro tumbas consistían en dos pozos colocados frente a la sala del trono, cada uno con una mano, y dos agujeros adicionales ubicados fuera del palacio, que contenían las 14 manos restantes. En particular, todas las manos mostraron longitudes anormales, pareciendo más grandes de lo habitual. Los arqueólogos concluyeron que estos huesos se originaron en la misma ceremonia y se clasificaron dentro del presunto complejo Hyksos.
Al frente de la excavación en la antigua ciudad de Avaris, el arqueólogo austriaco Manfred Bietak explicó que este hallazgo respalda las narrativas y las representaciones artísticas que se encuentran en los escritos del antiguo Egipto. Representa la primera evidencia tangible de que los soldados cortarían las manos derechas de sus enemigos para recibir una recompensa de oro a cambio. Esta práctica no solo era simbólica, simbolizando la remoción del poder del enemigo, sino que también tenía un significado sobrenatural, teniendo lugar dentro de un espacio sagrado y un templo como parte de un ritual.
Los orígenes de las manos, ya sea que pertenezcan a hicsos o egipcios, aún no se han determinado debido a la falta de pruebas. Cuando se le preguntó sobre el propósito detrás de este ritual, Bietak sugirió que tenía como objetivo despojar permanentemente al enemigo de su poder. El descubrimiento de diferentes tumbas sugiere que cada foso representaba una ceremonia distinta.
La colocación de dos pozos, cada uno con una sola mano, directamente frente a una sala del trono puede indicar una conexión con una fuerza de ocupación que los historiadores creen que originalmente eran cananeos. Estos sacrificios podrían estar relacionados con la invasión extranjera, ya que los egipcios a menudo buscaban la intervención divina para castigar a los ejércitos invasores mediante plagas, hambrunas o desgracias. Es posible que estos sacrificios fueran parte de una maldición dirigida a los invasores.
Si bien es necesaria una mayor investigación, muchas indicaciones apuntan a que este ritual está asociado con una deidad o deidades. Se desconoce la identidad de las personas a quienes pertenecieron estas manos. Sin embargo, el tamaño anormal de las manos sugiere que fueron elegidas específicamente, asemejándose a una ofrenda de sacrificio más que a bajas de guerra.
El entierro separado de dos manos puede sugerir que estas ofrendas estaban destinadas a apaciguar a los dioses de una manera más profunda. Además, este hallazgo podría respaldar potencialmente la teoría de una civilización hiperbórea, ya que algunos escritos antiguos mencionan una raza de seres excepcionalmente grandes que se originaron en Lemuria, un continente sumergido en el Mar Índico.
Este descubrimiento tiene el potencial de desentrañar la verdadera historia de una enorme civilización. Las manos gigantes desenterradas en Avaris pueden dar una idea de los cuentos antiguos que antes se descartaban como meras leyendas o el producto de teorías de conspiración. Una mayor exploración y análisis de este notable hallazgo sin duda revelará más acerca de los rituales, creencias y misterios del antiguo Egipto.