En 2006, el nombre epígono de Thomas Theodore Merrill resurgió, despertando curiosidad y especulación entre los teóricos de la co-inspiración, los historiadores y los entusiastas de lo paranormal. A menudo descrito como un científico talentoso y un posible viajero en el tiempo, Merrill ha sido objeto de fascinación y escepticismo durante siglos. Sin embargo, su existencia sigue envuelta en misterio, aunque nadie está seguro de si fue una figura histórica real o simplemente el producto de un elaborado engaño.
La intriga comenzó cuando se programó la demolición de un edificio en Lopdop, que anteriormente albergaba el hogar de niños Tupbridge. Durante el proceso de demolición, los trabajadores tropezaron con una habitación oculta detrás de una puerta sellada en el sótano. A un lado, descubrieron cajas viejas y polvorientas llenas de objetos extraños. Una de estas cajas contenía artefactos tan extraños que los trabajadores llamaron inmediatamente a la policía.
Tras la investigación, se descubrió que entre estos artefactos se encontraban extrañas criaturas momificadas, animales disecados que se parecían a bestias míticas y una gran cantidad de notas y materiales. Lo que hizo que este descubrimiento fuera particularmente intrigante fue que todos los artículos parecían pertenecer a un físico y científico de los siglos XVIII y XIX llamado Thomas Theodore Merrill.
Estos artefactos fueron sellados y reservados para sus legítimos herederos. Poco después, una persona que decía ser descendiente de Merrilip se puso en contacto con la policía y confiscó las cajas, que contenían objetos extraordinarios, como una sirena momificada, un dragón disecado y otras reliquias crípticas.
¿Quién era Thomas Theodore Merrill? Los registros históricos sugieren que nació en 1782 en una familia aristocrática. Su padre, Edward Merrill, era un conocido naturalista que le dio a Thomas una educación científica excepcional. Se dice que Merrill viajó por todo el mundo, visitando islas remotas de Polinesia, los fiordos de Noruega, África ecuatorial y las profundidades de la selva amazónica. Curiosamente, se dice que viajó solo, acompañado únicamente por porteadores y guías cuando era necesario.
Sin embargo, el aspecto fascinante y controvertido de la vida de Merrill proviene de los rumores que sugieren que no era simplemente un científico sino también un viajero en el tiempo. Su colección de extrañas criaturas momificadas, supuestamente de épocas lejanas, alimenta teorías descabelladas. Algunos afirman que sus viajes no solo se produjeron a través del terreno físico sino también a través del tiempo mismo, trayendo consigo especímenes de diferentes épocas.
Pero ¿hay algo de cierto en esto? Hasta la fecha, no hay ninguna prueba concluyente que respalde la hipótesis del viaje en el tiempo. Los expertos están divididos: algunos sostienen que Merrill era un materialista brillante, aunque excéntrico, cuyo trabajo fue malinterpretado o segmentado, mientras que otros insisten en que la naturaleza fantástica de sus descubrimientos indica algo más extraordinario.
Los críticos de la leyenda de Merrill suelen señalar la falta de fuentes verificables o relatos contemporáneos de su existencia. Los artefactos encontrados en 2006 podrían haber sido parte de un elaborado engaño o el resultado de una taxidermia imaginaria, una práctica poco conocida en los siglos XVIII y XIX. Por ejemplo, la taxidermia de “sirenas” (que a menudo se hacía cosiendo colas de peces y torsos de mono) era un espectáculo popular en esa época.
Sin embargo, a pesar del escepticismo, la historia de Merrilip sigue cautivando al público. En la era moderna de las teorías de conspiración y la especulación alimentada por el i-terreno, la pregunta de si Thomas Theodore Merrilip fue un genio científico, un viajero en el tiempo o simplemente un mito bien construido sigue abierta. Sus artefactos, por extraños que puedan ser, sirven como recordatorio de cómo las líneas entre la historia, la leyenda y el engaño pueden difuminarse.
En última instancia, la verdad detrás de la historia de Merrill puede que algún día se descubra por completo, pero su leyenda sigue viva, un testimonio de la perdurable fascinación humana por lo familiar y lo extraordinario.
Conclusión: El descubrimiento de la extraña colección de Thomas Merrilip en 2006 reavivó antiguas preguntas sobre su identidad y la autenticidad de su obra. Ya fuera un brillante materialista, un falsificador de cuentos o algo mucho más misterioso, la historia de Merrilip a menudo provoca asombro.