Rocky es un perro abandonado que deambula por las calles y sufre abusos durante muchos años. Sus ojos asustados y su cuerpo lleno de cicatrices son huellas de haber sido golpeada y torturada. Cada día es una lucha por sobrevivir, encontrar comida y evitar el peligro.
Un día, Rocky fue capturado y llevado a la enfermería. La herida del cuerpo necesita tratamiento pero la estación no dispone de recursos suficientes. Decidieron que a Rocky le inyectarían drogas y lo enviarían a la eternidad. Los ojos tristes de Rocky suplicaban simpatía pero nadie le prestaba atención.
Entonces una mujer amable visitó la estación. Vio los ojos doloridos de Rocky. Su corazón se derritió ante el dolor del pobre perro y decidió adoptar a Rocky.
A partir de entonces, Rocky tuvo una familia, fue amado y cuidado. El nuevo dueño siempre es amable con Rocky, cura sus heridas y lo ayuda a recuperar su confianza. Ahora que vive enamorado, Rocky ya no tiene miedo ni está triste. Los ojos que alguna vez estuvieron llenos de desesperación ahora brillan con esperanza. Rocky está agradecido por el buen corazón de la mujer que lo salvó de la muerte y le dio a Rocky la oportunidad de una nueva vida.