Capturando los momentos finales: un fotógrafo preserva la memoria de un recién nacido para la eternidad
La alegre historia de los gemelos de Lyndsay y Matthew Brentlinger
Lyndsay y Matthew Brentlinger, una pareja feliz, recientemente se convirtieron en padres aún más felices al darle la bienvenida al mundo a su primer par de gemelos. Sin embargo, su viaje hacia esta felicidad desenfrenada no fue nada sencillo, ya que durante un tiempo considerable pareció que uno de sus bebés gemelos no sobreviviría.
La historia de los gemelos de esta pareja de Ohio comenzó en 2016, apenas unos días antes de Navidad, cuando nacieron sus bebés. A pesar de su aparente salud a primera vista, el gemelo William tuvo que luchar por su vida en el período posterior a su nacimiento. A William le habían diagnosticado un defecto cardíaco durante los exámenes prenatales, por lo que tanto los médicos como los padres estaban preparados para lo peor.
Los padres, que soportaron las pruebas iniciales, quedaron profundamente afectados por lo ocurrido y sus amigos tampoco pudieron quedarse de brazos cruzados. Juntos llegaron a un acuerdo para hacer sentir mejor a la pareja y su regalo fue nada menos que una sesión de fotos familiar. Durante esta sesión, finalmente pudieron capturar esos momentos hermosos y sin nubes que parecían imposibles al principio.
Lindsey Brown, la fotógrafa invitada, incluyó a los padres jóvenes en su apretada agenda navideña y dijo: “Supe de inmediato que tenía que hacer esto por ellos. ¿Quién podría decir no tranquilamente a semejante petición?
Mandy Edwards, la organizadora de esta conmovedora sorpresa, también se vio presionada por el tiempo, ya que ni la familia, ni los amigos, ni siquiera los médicos sabían cuánto tiempo le quedaba al pequeño William.
El fotógrafo expresó: “Es increíble lo perfectos que lucieron los pequeños. Apenas pesaban unos cuantos kilos cuando los fotografié, y durante la sesión de fotos, el pequeño William estaba alerta y reaccionando a las luces, mientras su hermano Reagan simplemente dormía y apenas abría los ojos. Fue todo tan agridulce porque todo era tan idílico y nadie habría podido darse cuenta de que algo andaba mal con el pequeño Will”.
Lamentablemente, unos días después de la sesión de fotos, el pequeño William partió, después de haber pasado solo 11 días en la Tierra.
Según los padres, esos fueron los 11 días más hermosos de sus vidas, y las fotos tomadas durante ese tiempo siempre les recordarán este precioso período.
Lindsey, la fotógrafa, también recordó a los bebés con profunda emoción y dijo: “Saber que pueden recordar estas fotos por el resto de sus vidas y un día mostrárselas a Reagan cuando sea mayor me calienta el corazón más de lo que puedo expresar”. palabras.”