Jake, un perro perdiguero de Chesapeake de 10 años, ha encontrado en Maggie a su compañera más cercana: su madre. Residen juntos en una perrera en Furry Friends Refuge, que es un refugio en Iowa que opta por no sacrificar a los animales. Jake es ciego y, por lo tanto, depende en gran medida de Maggie, que actúa como su perro guía.
Según Sayde Scott-Hainchek, director de comunicaciones y desarrollo de Furry Friends Refuge, Jake es un hábil seguidor de otros perros. Como su madre, Maggie ha estado con él desde su nacimiento, tiende a seguir su ejemplo. Jake tiene la costumbre de monitorear los movimientos de Maggie prestando atención a su olor y manteniendo sus oídos abiertos.
Aunque el vínculo de Maggie y su compañero ciego puede parecer excepcional, no es raro que los perros reconozcan las discapacidades de otros perros y se preocupen por ellos. Los perros tienen la capacidad de percibir las limitaciones de sus compañeros caninos e incluso pueden asumir el papel de un perro guía si poseen cualidades de crianza. No obstante, a los dos perros les falta una necesidad esencial: una residencia permanente.
En diciembre pasado, Furry Friends Refuge dio la bienvenida a Jake y Maggie después de que falleciera su dueño anterior. Sin embargo, la pareja ha estado buscando un nuevo hogar durante medio año. El desafío radica en su vínculo, lo que significa que deben ser adoptados juntos. Desafortunadamente, no todo el mundo está preparado para acoger a dos perros mayores y más grandes.
La diabetes de Jake puede ser una preocupación para los posibles adoptantes, pero el personal del refugio está dispuesto a echar una mano. Están más que felices de ayudar a cualquier persona que no esté familiarizada con el control de la diabetes en animales. Desde la administración de insulina hasta el control de los niveles de azúcar en la sangre y otros síntomas, lo guiarán en todo. Sin embargo, tratar con una mascota diabética puede parecer desalentador si no tienes experiencia previa.
A pesar de ser anciano, ciego y diabético, Jake sigue actuando como un cachorrito juguetón, según Scott-Hainchek. Le gusta especialmente jugar con una bola Kong gigante, que felizmente persigue y golpea.
Según Scott-Hainchek, Jake y Maggie son dos perros adorables que encajarían perfectamente en cualquier familia, ya que tienen personalidades muy tranquilas y dulces. Aunque el refugio no tiene favoritos, los voluntarios parecen tener debilidad por estos amigos peludos. Son tranquilos y compatibles con casi cualquier persona que esté buscando un compañero.