Los romaníes agregaron un edulcorante de plomo a su toallita y los mató.
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Los romanos añadían un edulcorante tóxico a su vino llamado sapa. (Pablo Gallo / Acción Adobe)
Los antiguos romanos usaban el sable como una forma de edulcorante artificial, especialmente en los vinos. Finalmente encontraron una manera de convertir el azúcar de plomo en cristal. Esto significaba que la sustancia venenosa podría producirse de la misma manera que se produce hoy en día la sal de mesa o el azúcar. A raíz de esta innovación, se generalizó el consumo de azúcar con plomo y también se empezó a utilizar en la cocina. En el libro de cocina romano del siglo IV de Apicio, casi una quinta parte de las recetas se preparaban con azúcar de plomo en su forma de jarabe.
Los escritos de algunos autores romanos antiguos indican que los romanos eran conscientes de los peligros del consumo de plomo; pero para entonces el daño ya estaba hecho. Los efectos secundarios incluyeron demencia, infertilidad, dificultades cognitivas, fatiga, gota y posiblemente cierre de órganos.
El azúcar con plomo no era la única fuente de envenenamiento por plomo en la antigua Roma. Los romanos también bebían agua transportada a través de tuberías de plomo, por lo que el agua era peligrosa para su salud. La investigación en 2019 sugirió que más de la mitad de la población del Londres de la era romana sufría problemas de salud causados por el envenenamiento por plomo.
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