Las zapatillas de María Antonieta – Testigo de los últimos momentos de la reina francesa
Un día de octubre de 1793, María Antonieta, entonces reina de Francia, subió a la guillotina calzada con sandalias. Eran un par de sandalias de cuero negro, decoradas con intrincados diseños amarillos y atadas con cordones.
Esas sandalias la siguieron desde Versalles hasta la Bastilla y luego hasta la Conciergerie. Fue aquí donde fue condenada y enviada a la guillotina en la Plaza de la Revolución. Sólo se quitó las sandalias en el último minuto antes de que cayera la guillotina.
Aunque estaban hechas de materiales lujosos, las sandalias no pudieron salvar a su dueño de la muerte. Pero siempre será un testigo histórico, que marcará los últimos pasos de María Antonieta antes de caer en manos del verdugo.
Actualmente, esos zapatos se exhiben en el Museo del Louvre de París como una reliquia importante de la monarquía francesa y también como un recuerdo memorable de un período sangriento de la historia.