Los perros con discapacidades y problemas médicos suelen pasar momentos difíciles. Con frecuencia corren el riesgo de ser sacrificados o abandonados por propietarios que no quieren asumir la responsabilidad de cuidarlos.
Pero mientras un perro no sufra, debería tener la oportunidad de vivir y ser amado como cualquier otro perro. Después de que un perro discapacitado tuvo una segunda oportunidad, no sólo le está yendo bien sino que es “el perro más feliz del mundo”.
En 2016, una mujer llamada Jennifer Osborne vio un perro llamado Moose en una tienda de mascotas; tenía un aspecto muy distintivo, una sonrisa fija y una gran mordida.
Descubrió que esto se debía a una deformidad médica que Moose había tenido desde su nacimiento: le faltaban partes de su cerebro.
“La nariz de Moose fue empujada hacia su cráneo, lo que provocó una mordida inferior, nariz torcida, cráneo deformado, problemas cerebrales y oculares, probablemente cuando todavía estaba en el útero”, dijo Jennifer a Metro.
Jennifer se enamoró instantáneamente del perro y, sobre todo, le preocupaba que, en las manos equivocadas, Moose tuviera que dormir debido a sus problemas médicos.
Entonces, ella misma lo adoptó y le dio a Moose un hogar donde estaría seguro.
Jennifer sabía que el camino no sería fácil: los problemas médicos de Moose requerían mucha atención.
Sufría convulsiones frecuentes: “Afectan el cuerpo y el cerebro y le dejaban todo el cuerpo temblando y echando espuma por la boca”, dijo Jennifer.
Le hizo una resonancia magnética al perro, que reveló el alcance de sus problemas médicos: no tenía frente ni senos nasales, y había un quiste donde le faltaban partes del cerebro.
“Su cerebro en el frente está aplastado pero el resto de su cerebro está bien”, explicó Jennifer en Instagram. “Su neurólogo nunca ha visto un perro con un problema como el de Moose”.
Descubrió que las convulsiones del perro continuarían durante toda su vida, sin embargo, podrían tratarse con medicamentos y no afectarían su esperanza de vida.
Jennifer está lista para enfrentar cualquier desafío futuro y todavía está agradecida de tener a Moose en su vida. A pesar de todo, es un perro feliz y juguetón.
“Con todo lo que le pasó a Moose, tenemos mucha suerte de que haya sobrevivido, punto”, le dijo a Metro. “Él es literalmente un milagro”.
Moose va por la vida con una gran sonrisa en el rostro, como si estuviera agradecido por cada día que pasa por estar vivo.
“Él es increíble y una bendición para mi vida”, dijo Jennifer. “Es el perro más feliz que he conocido y estoy agradecido de que sea mi perro”.
¡Estamos muy contentos de que Moose esté bien y viva su mejor y feliz vida! ¡Puedes seguir las aventuras de este feliz perro en Instagram!
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